Llega septiembre y se inicia otro ciclo en las empresas/industrias. Pasado el agosto traicionero, muchas son las empresas que retoman la búsqueda de trabajadores para encarrilar el fin de año. Otras muchas, tal vez no puedan levantar la persiana cómodamente…

Para los que se encuentran en situación de búsqueda de empleo, debemos recordar que las tropas de reclutamiento profesional (empresas de selección, ETT, headhunters,…) aprovechan toda la información posible sobre los candidatos y futuros ocupantes de las posiciones que demandan. Y esto es así desde hace ya unos cuantos años…

Es decir, no solo se fijarán en el CV del candidato/a si no que se lanzarán a las Social Media a averiguar “otras” cosas sobre él/ella. Linkedin, Facebook, Twitter,.., todas las Redes Sociales serán escrutadas para descubrir cualquier dato relevante y que pueda ser clave en la toma de decisiones respecto de la selección de personal. Todos los profesionales de RRHH ya saben que, no solo puede, si no que deben echar un vistazo en el Facebook del candidato que tienen delante de sí, o entrar en su cuenta de Instagram, o tal vez observar qué contactos tiene en su cuenta de Linkedin.

Y nos parece lógico, claro. Pero, podríamos preguntarnos, ¿hasta qué punto estas prácticas son éticamente reprochables? ¿Nuestra intimidad se ve atacada de algún modo? Las Social Media son precisamente eso, espacios dónde compartir parte de nosotros, nuestros aspectos íntimos, pero ¿están diseñadas para ser un elemento de valoración en la selección de personal?

La línea que separa una respuesta a favor o en contra de estas prácticas es muy delgada… Es el candidato mismo el que ha expuesto su vida a todo el mundo al colgar contenido en las Redes. Es el candidato el que se “retrata” constantemente con comentarios u opiniones. Es el candidato el que nos hace partícipes de las fotografías que cuelga en la Red. Pero, la clave está en saber si éste es consciente de lo que hace. Si el candidato ha expuesto su vida para que un círculo de amigos, contactos, sepan y conozcan sobre él, ¿lo hace también para que terceros puedan decidir sobre su futuro profesional?

El riesgo que un desafortunado comentario o una poco aconsejable fotografía puedan dirimir el futuro de un trabajador son algo muy real hoy en día. Y tal vez, este trabajador es un profesional excelente, sin duda. Sin que se deba mezclar la vida profesional y la privada. Pero, no seamos ilusos, ¿quién, en su sano juicio, no aprovecharía esta información valiosísima para poder satisfacer correctamente la petición de su cliente?

No podemos hacer otra cosa que recomendar cordura a los candidatos y mano izquierda y comprensión a los reclutadores. Ni todo lo que brilla es oro, ni todos somos tan malos.